jueves, 13 de noviembre de 2008

Sacudirse la mediocridad


¿Si ya no quedan revoluciones que es esta crisis que arrasó con mis ideas? ¿Si ya no hay horizontes que son estas ganas de mirar más lejos? ¿Si no quedan ilusiones para qué sigo soñando? Que alguien se atreva a decirme que no hay nada por hacer justo ahora que me estoy armando para salir. Muchos años estuve bajo los calmadores efectos de una anestesia salvadora, donde no buscaba respuestas porque ni siquiera necesitaba interrogarme. Realmente ahí radica el problema de la mediocridad, porque una vez que te preguntás porqué carajo haces lo que estas haciendo ya estás un paso afuera. Quizás todavía no moldeaste tu realidad pero seguro ya peligra su equilibrio. Prefiero los avatares del camino difícil lleno de preguntas y pocas certezas que una vida conformada, sin sorpresas. Mediocre es llenar de palabras sin decir nada. Es usar vocabulario bonito y volver a tu casa sin hacer la mitad de lo que decís. Es mirar lo que falta sin buscar opciones. Es criticar por destruir sin aportar una idea. Es creer que ya lo viviste todo. Que ya lo sabes todo. Que ya lo leíste todo. Buscás no sentir para mantenerte objetivo. Habláme de algo sólo si alguna vez eso tocó tu estructura. Sino es preferible callar. Y te ofrezco mi mejor silencio aunque quede como una total ignorante.

Mediocre es querer parecer.

Parecer cinéfilo (Decís que te gusta Woody Allen y solo viste Matchpoint, sabes la canción del Padrino porque se la ponen al supuesto mafioso Sofovich, te compraste la cartera retro con la imagen de “Lo que el viento se llevó” y no sabes quién es Rhett Butler)

Parecer inteligente y culto (hablar despacio y con seriedad, si alguien emite alguna opinión esbozás media sonrisa, en realidad no estás escuchando. Estás pensando que vas a decir después y lo mal que se expresa el otro. Esa soberbia es mediocre. Pensás que estás en búsqueda pero en realidad tus ideas están armadas y a la espera de enfrentarse con otras solo para salir vencedor. Leíste los libros que necesitabas para quedar bien, ninguno te rozó la piel. Sos oscuro, escéptico porque creés que eso es original. Sos uno más del montón. Te cuento: está de moda no creer en nada. Escondés tu contradicción para no mostarte equivocado, fallado, incompleto. Te creés independiente porque sos autosuficiente, no necesitás a nadie. La verdadera independencia incluye el encuentro con otros. Incluye reconocer la propia dependencia.)

Parecer quien busca una sociedad igualitaria (y en un grupo te sentás siempre con los mismos, si entra el nuevo lo ves intruso, seguís diciendo esos “cabezas”, esos “bolitas”, “esos”. Y a la pregunta de quien se robó el retro del aula dijiste “los de limpieza”)

Parecer el que “vivió la calle” (y lo máximo fue un encuentro con un cana que te quería hacer una multa, o un porrito en una plaza, o el viajecito por Europa regalo de papá, o todo lo que aprendiste en “Ser urbano” de la mano de Pauls)

Parecer “comprometido” porque derramaste una lagrima por un pobre/loco/marginado (dá lo mismo) pero tratás de no respirar si hay alguno cerca. Olé fuerte que es mugre, no se contagia.

Parecer critico de la realidad (cuando lo único que sabés criticar es lo mas fácil: la religión católica y el oro del Vaticano, la votación de Cobos, la gente que mira Tinelli, la cara de mono de Bush, lo lleno que están los colectivos. Lo único que mirás es el noticiero de media hora y solo lees los títulos de los diarios. Encima del Clarín.)

Es lo aparente lo que me hace ruido. Parecer ser. Querer parecer. Querer ser pareciendo. Ser pareciendo. Ir por la vida pereciendo y cuidá que no se caiga tu mascara, sería fatal que el vacío se note.

Mediocre es tener respuestas rápidas, mágicas y fáciles. Lo digo porque anduve por algunos de estos caminos. Tengo un arsenal de salidas exprés que me responden toda inquietud y me duermen la consciencia. ¿Te interesa alguna? Mirá que las tengo a buen precio…

Desterrar ideas que ya no nos entran es morir un poco. A veces morir un poco todos los días. Despojarse. Buscarse. Repensarse. Todo esto es crisis. Dolor. No se en que va a terminar este viaje, tampoco estoy segura de llegar a buen puerto. Solo espero que los vientos de mi deseo guíen este recorrido.