viernes, 17 de octubre de 2008

Gajes del oficio II (a modo de catarsis)

Texto apto para mayores de 18 años. Para menores reemplazar: falo por “pitilín”, menstruación por “convertirse en señorita”, deseos sexuales por “papá y mamá se quieren mucho”. Quien desconozca sobre psicología y entre en una de mis clases, seguro pensará que somos perversos. A lo que responderíamos al unísono: “Polimorfos señor”. Durante estos años hemos escuchado tantas veces la palabra pene que hasta el más mojigato le perdió el miedo. Una vez estudiábamos con un grupo en un café, cuando en un momento la señora que estaba sentada en la mesa siguiente se levanta ofuscada, y nos llama: “Irreverentes”. Señora, no tenemos la culpa por las teorías freudianas. Aprendimos la diferencia entre sexualidad, deseo sexual y libido algunos mientras buscábamos nuestro primer orgasmo (aquí reemplazar por “momento sublime, único y…perdón sigo). Estudiamos adolescencia mientras la íbamos viviendo. Más de uno buscó en su pareja rasgos parentales. ¡Imago parentales! -grita Klein desde el fondo. Y varias veces chequeamos nuestros lazos familiares para ver si ya habíamos hecho nuestra salida exogámica. O incluimos a algún que otro conocido en el DSM IV. Es inevitable en cualquier reunión, el pedido de análisis “exprés”. Creo que todos escuchamos alguna vez: “Bueno vos sabrás mas que yo, pero para mi Pepito es TOC” ó “Bueno ya que tenemos una psicóloga en esta mesa, ¿Que opina de la bipolaridad de Cristina?”. Las madres empiezan a justificar sus actos con sus hijos y te hacen mil preguntas para irse a dormir tranquilas pensando que su hijo es normal. Quien sueña algo extraño corre a preguntarte que significa, acto seguido nos hacen el relato completo hasta el más mínimo detalle (zzz). Nos están contando una experiencia y en el medio del relato suele surgir la temida pregunta: ¿Me estas analizando no? Respuestas frecuentes: Cobro por eso, no es necesario tu patología salta a la vista, no puedo hoy estoy de civil. Ya me cansé de explicar que no hay análisis fuera del espacio terapéutico, que no puedo pensarlos desde teorías porque son personas cercanas y queridas, etc. Pero no hay manera. Ni hablar si te encuentran medio en pedo, o si te escuchan pelearte a gritos con alguien, o si les contás que estás confundida ¿así vas a ser psicóloga vos? (les juro que esto no es delirio persecutorio son hechos reales). Supongo que esperan que tu vida esté resuelta. Te hablan de sus analistas esperando respuestas. Cuando decís lo que el otro quiere escuchar respecto a un tema, sos una persona muy sabia y con una intuición de puta madre. Cuando lo que decís no agrada demasiado, sos una mina que se las da de psicóloga sin fundamentos. Yo aprendí hace un tiempo a separar términos más técnicos porque pueden agredir, esto es difícil porque estoy la mayor parte del día usando este lenguaje.

No quiero ver a un nene llorar y pensar que es la angustia del octavo mes. Prefiero acunarlo y que juntos culpemos a la mesa. No quiero decirle a mi mejor amiga que sólo elije hombres que la lastiman porque sigue un patrón de elección de objeto. Prefiero decirle que éste es un hijo de puta. Tampoco voy a decirle que tiene que esperar que el tiempo y la terapia la ayudarán con su proceso de duelo. Prefiero abrazarla fuerte y que llore en mi hombro. Porque a mi también me duele. No quiero que la teoría me aleje de la sorpresa. No quiero dejar de sentir a flor de piel el dolor ajeno. No quiero olvidarme de escuchar con algo más que los oídos y la intuición.

Desde acá un pedido importante a la comunidad:

Si se encuentra en una reunión con un estudiante de psicología tenga piedad. No tenemos que saberlo todo, no estamos siempre más allá de los problemas, no somos los diplomáticos todo el tiempo, no somos los que “sabemos” escuchar. Muchas veces solo queremos hablar de algún libro, del tiempo, de cualquier cosa de la tele. No resolvimos todo nuestro pasado. También estamos en búsqueda. Entiendo que analizar al otro es inherente al ser humano y que el estudiar la mente te provee de ciertas herramientas extras. Pero por favor creéme que no las estoy usando mientras hablo con vos.

Gracias