¿Hay alguien ahi escuchando? ¿O somos un eterno monólogo con fantasmas de sábanas desgastadas por el tiempo? Maquillamos un poco al otro de la silla vacia, lo sentamos de nuevo, le acomodamos la ropa. Le preparamos un nuevo escenario y un nombre distinto pero parecido. Luego le cantamos las cuarenta.
Puro odio. Después un abrazo fraterno. Y el otro cae de la silla.
Hasta la próxima contienda.
jueves, 22 de septiembre de 2011
martes, 6 de septiembre de 2011
Suelta
Necesito que se me suelte la voz. Que haga viajes raros, que recorra sonidos y palabras nuevas. Que vaya mas rápido que mi prejuicio forro que hace estragos y molesta. Que te alcanze, te envuelva y traiga conmigo. Que desdiga mis errores. Que rearme la historia. Que me regale una palabra mágica, que cuando la pronuncie me quite el miedo.
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