jueves, 10 de abril de 2008

Entre las palabras y lo no dicho

Ciertos términos de las teorías para designar conductas humanas me disparan hechos cotidianos que se sumergen entre palabras difíciles. Cada momento adolescente vivido con intensidad irracional aparecen sin aviso entre páginas frías de autores muertos. Reacciones que creía únicas e irrepetibles, son mecanismos que surgen de una sana neurosis que habla de un aparato psíquico bien constituido. (Y agradecé que no es psicosis) Es decir que cada vez que creí morir de dolor por aquél que me había abandonado, era una perdida de objeto (y agradecé que no fue duelo patológico). Cada pelea a muerte con mi madre donde el odio se mezclaba con una terrible tristeza, respondía a un intento desesperado y necesario de maduración (Y agradecé que hiciste una salida exogámica exitosa). Descubrí que se necesita ser amado, pero también se necesita ser frustrado en la constitución de la personalidad. ¿Y cuando tenías 5 años y querías casarte con tu padre? Complejo de Edipo. ¿Y cuando en quinto grado te entusiasmaba ir a la escuela y aprenderlo todo? Etapa de sexualidad infantil latente, Super Yo controlando los impulsos del ello. ¿Y cuando abandonaste tu casa a los 16 años? Acting out, el adolescente lleva a lo concreto sus deseos de separación. Sigo mi vida, como Freud nos definió arqueólogos de la mente, husmeando mis horizontes internos. Indefinidos. A veces mas visibles, otras cubiertos de velos que me impiden ver la verdad. ¿Qué verdad? La mía. (Y agradecé que al menos la sigas buscando)

1 comentario:

Nicolás dijo...

me pasa! creia que muchas cosas que me habían pasado eran horriblemente únicas, y fui viendo como formaban parte de mi construccion psíquica...ya no me sentí tan mal, me sentí mas humano, pero entonces quise saber mas...y ahi...agarrate jajaj