lunes, 28 de junio de 2010

Ana

Hay dias que me quiero parar y gritarle fuerte. A veces le cuento miserias y me voy con las sensación de que nunca más en toda mi existencia la voy a mirar a la cara, aunque lo cierto es que hace muchos años que no la miro fijamente. No recuerdo el color de sus ojos. Otros días negros que las palabras no me salen ni a tirones fuertes. Otros días que lloro despacito, que me falta el aire, que me falta... la falta. Otras veces me río como histérica. De las del libro que inventan sueños de regalo con moño.
Y hay días que la abrazaría con mucho brazo y le invitaría pan casero con mate.
Nuestra relación es así de divertida. Hasta que me ajusta honorarios. Ahí la mataría cual tragedia con un falo alrededor de su cuello disfrazada de fantasma escópico.  

3 comentarios:

Fiorella Lucía dijo...

Te aumentó la psicóloga?

Un bajón.

Besos!

Anónimo dijo...

ja ja ja
esoss son los amores que matan ;)

Victoria dijo...

Yo tampoco miro fijamente al mio,
me cuesta levantarle la mirada